
Déjame que esparza
manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;
Tu cuerpo son todas las frutas.
Tu cuerpo son todas las frutas.
Te abrazo y corren las mandarinas;
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazónsobre mi boca.
Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.
Déjame que coseche los frutos de agua
Déjame que coseche los frutos de agua
que sudan en tus poros:
Mi hombre de limones y duraznos,
Mi hombre de limones y duraznos,
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.
Tu cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.
Un poema de Gioconda Belli con mucha sensualidad en estos tiempos de diciembre.
3 comentarios:
Hermoso poema Clío el que dejaste, aqui regresando de viaje, besos linda
Muito bom os seu texto...
abraços
Una belleza de poema, palabras que cualquier hombre desearía tener como destinatario.
Besos.
Publicar un comentario