martes, 30 de agosto de 2011

Mariela Dreyfus, Sorber la Vida

Sorber la vida
de Mariela Dreyfus, poeta peruana
(libro: Morir es un arte)


Para que no te mueras herido entre mis brazos
y pueda verte yo, andando el tiempo,
corretear y gritar acelerado.

Para verte crecer las uñas y los dientes
antes de que la muerte te devore el zapato
la infección recorriéndote la sangre
apenas ya nacido y en peligro.

¿Qué busco a qué renuncio qué le ofrezco
a la vida y su oficio
si ahora estás aquí gimiendo ahora
henchido de dolor hinchado el ganglio
y el bisturí se hunde
y te arranca la pus de un solo tajo
y en el cuello te abre otra boca?

Mi pecho te desnudo este pezón
te doy la leche impura el botón negro
lame en mi piel la sal que cicatriza
con tu labio disuelve la amenaza.

De ti a mí el puente de lo vivo se adelanta.
Fluye un torrente suave, el suero que elimina
la bacteria.
Acógete a mi seno, niño mío:
esta noche dormimos enlazados.

jueves, 28 de julio de 2011

Cómo pesa el amor

Les dejo un poema de Gioconda Belli



Noche cerrada
ciega en el tiempo
verde como la luna
apenas clara entre las luciérnagas.
Sigo la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.
Sé que algún día
se alzarán de nuevo
las yemas recién nacidas
de mi rojo corazón,
entonces, quizás,
oirás mi voz enceguecedora

como el canto de las sirenas;
te darás cuenta
de la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te ofrecí,
entonces tal vez sabrás
como pesa el amor
endurecido.

Gioconda Belli

sábado, 9 de julio de 2011

Sylvia Plath: poema Lazarus

Es una de mis escritoras favoritas y este uno de sus poemas que más me fascinan espero les guste


Lady Lazarus
Lo logré otra vez,
Me las arreglo —
Una vez cada diez años.

Especie de fantasmal milagro, mi piel
Brillante como una pantalla nazi,
Mi diestro pie

Es un pisapapel,
Mi rostro un fino lienzo
Judío y sin rasgos.

Descascara la envoltura
Oh, mi enemigo,
¿Aterro acaso? —

¿La nariz, las cuencas vacías, los dientes?
El apestoso aliento
Se desvanecerá en un día.

Pronto, muy pronto, la carne
Que la tumba devoró
Se sentirá bien en mí

Y yo una mujer que sonríe.
Tengo sólo treinta años.
Y como gato he de morir nueve veces.

Esta es la Número Tres.
Qué desperdicio
Eso de aniquilarse cada década.

Qué millón de filamentos.
La multitud mascando maní se agolpa
Para verlos.

Cómo me desenvuelven la mano, el pie —
El gran desnudamiento.
Damas y caballeros.

Estas son mis manos
Mis rodillas.
Soy tal vez huesos y pellejo.

Sin embargo, soy la misma, idéntica mujer.
La primera vez que sucedió tenía diez.
Fue un accidente.

La segunda vez pretendí 
Superarme y no regresar jamás.
Oscilé callada.

Como una concha marina.
Tenían que llamar y llamar
Recoger mis gusanos como perlas pegajosas/

Morir
Es un arte, como cualquier otra cosa.
Yo lo hago excepcionalmente bien.

Lo hago para sentirme hasta las heces.
Lo ejecuto para sentirlo real.
Podemos decir que poseo el don.

Es bastante fácil hacerlo en una celda.
Muy fácil hacerlo y no perder las formas.
Es el mismo

Retorno teatral a pleno día
Al mismo lugar, mismo rostro, grito brutal
Y divertido:

“Milagro!”
Que me liquida.
Luego una carga a fondo

Para ojear mis cicatrices, y otra
Para escucharme el corazón –
De verdad sigue latiendo.

Y hay otra y otra arremetida grande
Por una palabra, por tocar
O por un poquito de sangre

O por unos cabellos o por mi ropa.
Bien, bien, está bien Herr Doktor.
Bien. Herr Enemigo.

Yo soy vuestra obra maestra,
Su pieza de valor,
La bebé de oro puro

Que se disuelve con un chillido.
Me doy vuelta y ardo.
No creas que no valoro tu gran cuidado.

Ceniza, ceniza —
Ustedes atizan, remueven.
Carne, hueso, nada queda 00

Una barra de jabón,
Una alianza de bodas.
Un empaste de oro.

Herr Dios, Herr Lucifer
Cuidado.
Cuidado.

Desde las cenizas me levanto
Con mi cabello rojo
Y devoro hombres como el aire.

(poemario:Ariel) 

jueves, 30 de junio de 2011

El cuerpo espera con la mente despejada
las caricias que trae el recuerdo
en soledad es necesario reinventarse 
para renovar sus aromas.

domingo, 26 de junio de 2011

Amor me mueve y me hace responder de Carmen Ollé


Amor me mueve y me hace responder 


Dejarme arrastrar por un flujo de sensaciones: realidad y fantasía combinan malévolamente hoy en mí.
Todo nuevo amor refleja una carga eléctrica de un viejo y conocido circuito: felicidad, frustración.
La imagen más bella sería tu desnudo obtenido sin ofrecer mi cuerpo desnudo, de la misma manera como observo mi serenidad en Safo o en San Juan el deseo, pero al menos que te hable de Baudelaire no podría hablarte de la poesía.
¿Sabes que es la poesía? Un muchacho que va en busca de la felicidad, o la imagen perfecta del peligro es atraer como lo hace la poesía a la belleza sin riesgo de caer en la retórica.
Y toda retórica es ridícula.
Amar sólo el fruto de este instante llamado escritura es el resultado fatal conocido como poesía. Se es más infiel hablando el mismo idioma. Puesto que la imagen perfecta ha de amar el peligro no existe la perfección sino en la arbitrariedad, entonces combinación de serenidad y deseo en ausencia del poema: tu desnudo cuerpo con mi cuerpo desnudo, sin serenidad. Caída en este juego sólo para atraerte al fin.  

Carmen Ollé (poeta peruana)


Es una de las escritoras más representativas de Perú.